domingo, 28 de septiembre de 2014

SAN MIGUEL, DEMONIOS Y VERANILLO

29 de septiembre. Jefe de los ángeles, Miguel alado, con espada justiciera. San Miguel cierra antiguos tratos agrícolas, termina vendimias y empieza el otoño casi oficial, aunque en ocasiones sea con un veranillo prolongado, de membrillos y soles, que alumbran las tardes cada vez más escasas, mas cortas, y el olor a mosto preludie el del azafrán que pronto cubrirá los bancales vecinos de cepas, tornando el morado de la uva por el nazareno de la más bella y efímera flor.
     Me encanta este santo. Su iconografía y devoción. Y el nombre, uno de los más bonitos para un hombre, y que además es de mi familia desde hace generaciones. Lunes festivo en muchos lugares, mirando al cielo amenazante con el que el santo general de las legiones angélicas a veces riega a sus súbditos y feligreses.  
    San Miguel vence siempre al demonio. A ese que tiene a sus pies hundido y derrotado. Un ser antropomorfo con alas de murciélago y rabo de dragón. No es el único demonio. Hay otros que no pueden representarse, porque el miedo, el silencio, el dolor, el hastío, la soledad...tienen difícil iconografía a pesar de ser demonios muy sueltos y abundantes. Me gustaría tener una espada mágica para vencer los propios y prestarla a quien la necesitare.
       Comienzo de curso y de discurso. Octubre ya cercano, que cerrará el portón del verano y el año que ya languidece. Mientras, a los sones de la banda de música, un ángel y un demonio serán portados a hombros en pueblos y ciudades. Y la vida sigue, con ángeles, demonios y otros seres pululando, rodeando, revoloteando.

                   "por San Miguel, los higos son miel"

domingo, 21 de septiembre de 2014

LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ

Que no el viento. Vuelvo tras más de dos meses de reciclaje interior y exterior, tras más de sesenta días sin ganas ni desganas. El tiempo, siempre el tiempo, todo lo cura, todo lo atempera, todo lo hace irrecuperable. Contra reloj, he podido estar sin mirar el minutero, ni el sonido de tu wasap que nunca ha llegado. Ya es otoño. El tiempo corre, vuela, mata y da nueva vida.
   Llegan nuevos tiempos. Momentos nuevos. Un nuevo libro por abrir, leer y describir. Muertas y borradas quedan esas palabras y frases vacías, dichas por gentes vacías, con horchata en vez de sangre, con falsedad en vez de verdad. Tiempo al tiempo, porque os llegará el tiempo de no poder fingir más, no se puede siempre mantener vuestro irreal castillo de naipes.
        
              Tiempo, detente,
que es tan grande el consuelo
que mi alma siente...
¡Que duren mis anhelos
eternamente!.



     Comienza la semana. Siete tiempos en compartimentos. Tal vez me asome, tal vez no a diario, tal vez tarde, tal vez no. El tiempo siempre marca la inquietud y la inseguridad, y al mismo tiempo las corrobora y cubre. Lo dicho: el tiempo se ha llevado todas estas cosas y al tiempo me trae de nuevo, como la botella tirada al mar y devuelta a la orilla, espero que para vosotros con mensaje, con corazón, con la inmensidad de todo el tiempo del mundo.