jueves, 29 de noviembre de 2012

NOCTURNO JEREZANO

De la Frontera. Porque hay más Jerez, de los Caballeros (una de mis visitas pendientes), o del Marquesado. Este Jerez, que es como una Sevilla chica, es una de mis ciudades preferidas, a pesar de sólo haberla visitado en un par de ocasiones.

    Jerez tiene ese algo especial que sólo tienen algunos lugares; llámese embrujo, duende, o lo que sea. Pero es cierto que el paseo por sus calles y plazas, sus atardeceres, el bullicio de su centro es algo que engancha, con el regusto a fino y manzanilla que es como un ambientador que impregna el aire.

    Campanarios de Jerez. La esbelta catedral con sus impresionantes gradas, o la monumental fachada de San Miguel que son como la dualidad sevillana catedral-Salvador. Torres y espadañas de Santo Domingo, El Carmen, Santiago o la Merced, donde un apuesto campanero jerezano llora desamores y ausencias. Calles de casas solariegas, palacios y blasones, que recuerdan tiempos sin coches, solo sonorizados por el pisar de la herradura de las jacas cartujanas, en esta tierra de caballos de raza.

     Barrocas Vírgenes de mirada ladeada, con los más bellos nombres y advocaciones, que bajo palio recorren cuestas y estrechas calles ante lágrimas, músicas y silencios. Socorro, Consolación y Merced velan por los jerezanos y las jerezanas desde hace siglos. Aquí me comí las tortillitas de camarones más ricas de mi vida. Porque ya se huele a mar, a faro, a playa y santuario...
    Y de raza también es su flamenco. Porque aquí nació la bulería, y Jerez es gitana y flamenca. No hay villancicos como los de aquí ni más arte en el compás y el quejío. Como las saetas que se escuchan en noches de primavera, al paso del Mayor Dolor, la Yedra o el Cristo.

     Anochece en Jerez. El negro cubre las calles de Bizcocheros, Eguiluz, Caballeros o Larga. La plaza del Arenal empieza a dormirse. En ese momento es un privilegio andar lo desandado y volver a llenarse de sus rincones y sus gentes. Y templetillo se vuelve jerezano, porque Jerez también es tierra de buenas gentes, lo sé a ciencia cierta.
     Y a lo lejos suenan ya las zambombas. Se nos cuela el adviento de esos días que finiquitarán este año.

   Espero volver a verte pronto, frontera del arte y del sentimiento.

5 comentarios:

  1. Las zambombas de Jerez.
    Famosas y únicas en el mundo.
    De jerez casi na" Doña Lola Flores. " Torbellino de colores, que no hay una Rosas igual. Que se parezca a nuestra querida Lola Flores" casi na"....
    De Jerez recuerdo con cariño especial aquel Santo Entierro Magno. Que partió de la Catedral y fue recorriendo un revoloteo de calles, "como si se tratarse de un tarje de faralaes".
    En la Semana de los cofrades, cosas que se pasearon por la hermana Sevilla. Hoy las podemos contemplar en esta Semana Santa Jerezana.
    Su Feria "única" y de un Señorío especial.
    De Jerez to es bueno hasta, la gente. "casi na" de Jerez de la Frontera "casi na"....

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  2. Pffffffff, se me han puesto los pelos de punta, que sentío!

    Gitanos de Santiago y San Miguel,
    Gitanos de Santiago y San Miguel,
    cantando por bulerías van pa Belén,
    cantando por bulerías van pa Belén.
    Si para vení a Belén, si para Belén llegá,
    los zagales de la Judea,
    Si para Belén vení, si para llegá a Belén,
    los zagales de Jerusalén.

    Y el Alcazar, con todos los secretos que encierra y que va desvelando poco a poco a medida que lo van excavando. Yo he ido un par de veces y es una ciudad que me encanta. Felicidades al que tiene la suerte de vivir en esa bendita tierra.

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  3. Llévame contigo a Jerez, cógeme la mano, porque a tu lado, siempre es primavera.

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  4. ¡Tengo unas ganas de volver a Jerez...!
    Pepi

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  5. Como jerezano (de cuna) alabo el gusto de tu discurso repleto de piropos innúmeros. Jerez, mi tierra, hunde sus raíces en los caballeros y los señores pero es rapsoda de hospitalarias maneras.
    Andaluza galante, es una ciudad "ponible", fácil de llevar, en su contenido y en su continente.
    Noble villa donde cómodamente, se vive.

    Como amigo brindo contigo con una copa de amontillado o de oloroso; lo que prefieras.
    Las puertas tornan siempre en abiertas manos para recibir a cariñosas personas, en este caso de comarcas "manchuelas".

    Un abrazo.-

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